miércoles, 10 de abril de 2013

Estrategia Política (ESP)

Cataluña y la cuestión de la Independencia.


La estrategia política según la Enciclopedia catalana se define como la coordinación de las fuerzas políticas, económicas y diplomáticas para conseguir los objetivos de un estado, de un grupo o de un partido.

Llevo mucho tiempo pensando cómo explicar la estrategia política de Corea del Norte y mientras leía las pocas noticias que llegan del conflicto, veo que en Cataluña también se encuentra en un momento de conflicto y tensión con el Gobierno Español. Puede ser, si analizamos la situación de Cataluña, también podremos entender el conflicto, a otro nivel, por supuesto, que se vive por aquí.

Cataluña es una potencia económica, pero que se encuentra en una situación de profundo endeudamiento que impide que el Gobierno autonómico pueda invertir en la región y estimular el crecimiento económico que necesita para empezar a salir de la crisis económica en la que se encuentra, así como el conjunto de España.

Pero el Gobierno de España no puede ni demuestra tener voluntad de ayudar a Cataluña con su deuda, y además le pide austeridad en sus presupuestos.

En medio de esta crisis y recortes sociales, se alzan las voces independentistas que reciben el apoyo de gran parte de la población catalana, en parte descontenta por la situación económica y por otra por la tensión política que se vive entre Gobierno Central y Gobierno Catalán. Pero no se trata de una mera reivindicación para conseguir más autonomía económica, detrás hay una identidad que quiere defenderse ante la hostilidad política que atenta contra su cultura, su lengua y su manera de hacer. No podemos dudar que este movimiento quiere que Cataluña se convierta en una nación independiente para poder tomar sus propias políticas sin la intromisión de un gobierno Centralista que piensa y actúa de manera muy diferente.

Parece que no hay manera de que Cataluña y España se entiendan. En esta relación hay una gran carencia institucional. Si no se entienden es porque no hay comunicación, parece una obviedad, pero para que una relación dure, entre otras cosas, tiene que haber diálogo para así llegar al entendimiento. El mejor ejemplo de colaboración fueron los Juegos Olímpicos de Barcelona '92, pero fue un momento muy diferente al que hoy vivimos.Sin comunicación, Cataluña debe hacer entender de la precariedad de su situación al Gobierno español. Y lo ha estado haciendo tomando un papel más agresivo y elevando la tensión para que se centre la atención en Cataluña y lo hacen utilizando el discurso independentista.

El problema de utilizar la independencia como medio de presión es la poca credibilidad que tiene el Gobierno de CiU de declarar la independencia de manera unilateral. Los últimos resultados electorales demostraron que la población apoya el independentismo, pero hay independentistas de centro derecha e independentistas más de izquierdas y eso ha dificultado que el actual Gobierno sea convincente en sus amenazas de independencia, en parte debido a la fragilidad del pacto con el partido de izquierdas y también por el aplazamiento de la consulta y la poca claridad de la pregunta a hacer.Y parece que no hay solución, porque por una parte el Gobierno central se cierra en banda al diálogo y los miembros del partido del Gobierno no hacen más que poner leña al fuego y responder a las provocaciones con más provocaciones.Esta no es la mejor estrategia a seguir, ya que desgasta enormemente y parece poco probable que lleguen a conseguir sus objetivos. Una de dos: o Cataluña acaba declarando finalmente la independencia o el Gobierno de España abre el diálogo y se da cuenta de la importancia económica y del papel estratégico de Cataluña en la salida de la crisis. De momento tenemos que seguir viendo como se aprovechan de la palabra independencia.

Corea del Norte y su puesta en escena.


Y ¿por qué esta larga reflexión sobre la cuestión de la independencia en Cataluña? Porque la estrategia política actual de Corea del Norte no es muy diferente, aunque su discurso es mucho más beligerante y agresivo. Empezaré explicando la situación política y económica del país.

Desde 1948 en Corea del Norte sólo han habido tres líderes: Kim Il-Sung (1948/94), su hijo Kim Jong-Il (1994 a 2011) y el hijo de éste, Kim Jong-Un (2012) . Esta dictadura hereditaria ha sido posible gracias a las reformas políticas hechas después de la Segunda Guerra Mundial: se eliminaron los elementos moderados y conservadores, se suprimieron los miembros de órdenes religiosas y la mayoría de otros grupos sectarios, se confiscó la tierra y la riqueza que anteriormente pertenecía a los japoneses o a los enemigos del régimen, y se inició la planificación y el desarrollo económico dirigido por el Partido Único de los Trabajadores de Corea. Kim Il-Sung como máximo dirigente del partido y por tanto del país, inició un gobierno basado en el culto a su personalidad y con la creación de una nueva Constitución adquirió un poder político típico de las monarquías absolutas.

Cuando Kim Jong-Il sucedió a su padre, también centró su gobierno en el culto de su persona. El poder del "Querido Líder", como lo distingue la propaganda oficial, no está sujeto a ningún tipo de control, ni por parte del Gobierno, ni del Partido o del Ejército. Es el responsable supremo y, como tal, se encuentra por encima de la ley ".

A diferencia del actual líder, Kim Jong-Il fue nombrado sucesor cuando tenía 20 años, y con 40 años, después de escalar poco a poco posiciones en la jerarquía del Ejército y también en la jerarquía del Partido, por lo que su poder aumentó al tiempo que se fortaleció, sucedió a su padre.

Pero Kim Jong-Un no era el primer candidato a suceder a su padre. Hasta 2009 no fue designado como el heredero y desde entonces ha ido escalando posiciones de manera acelerada debido a la condición de salud de su padre. Con sólo 28 años, tuvo que asumir la responsabilidad máxima del Partido, del Ejército y del país.

Gracias a la cultura al culto consolidada, Kim Jung-Un cuenta con la estimación de su pueblo, pero no tiene la misma experiencia que su padre en las cuestiones de estado y algunos analistas internacionales opinan que poder fáctico lo tendría su tío, debido a la inexperiencia del hijo del "Querido líder".

Mas las dificultades a las que se enfrenta van más allá de la opinión internacional.

La economía de Corea del Norte se basa en la explotación de sus recursos naturales, que suponen casi el 70% de sus exportaciones, en la ayuda internacional que reciben desde el Programa Mundial de Alimentos o de la ayuda directa de países como China y Corea del Sur, y en el patrocinio de actividades ilegales que supone un 10% del PIB según algunas estimaciones, como la venta de armas y el tráfico de drogas, utilizando su estatus de estado soberano . El Mercado interno es controlado por el Gobierno y sus agencias-quien quiere hacerse rico en Corea del Norte debe tener primero buenas conexiones con el Partido -, y parece muy poco probable que la economía evolucione hacia un mercado más competitivo o hacia la industrialización.

La consecuencia más evidente de esta economía no competitiva, no mercantilizada ni industrializada es la carencia de alimentos y el hambre que parte de la población debe pasar. Y su situación no mejora con las pretensiones nucleares del país. Si el amado líder decide que el futuro de la nación está en la energía nuclear, la población tiene que pasar hambre para que el estado pueda invertir en su desarrollo. Pero lo hacen sin resistencia, después de todo es una cuestión de Estado y las decisiones del líder son incuestionables.

No todo es negro entre las relaciones Norte-Sur. Con el nuevo milenio se dieron las condiciones para acercar posiciones en el conflicto. Había esperanzas de que se llegara finalmente a un acuerdo de paz y por qué no, a empezar los primeros pasos hacia la re-unificación. En 2001 Corea del Norte recibió la mayor cantidad de alimentos por parte del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. Pero todas las esperanzas fueron en vano.

A partir de ese año la ayuda alimentaria ha ido decreciendo, y en 2007 con el anuncio de volver a producir energía nuclear, dejaron de recibir la ayuda de la ONU, dejando a gran parte de la población en una situación de hambruna.

No es la primera vez que Corea del Norte amenaza a Estados Unidos y a Corea del Sur, pero sus amenazas han perdido credibilidad con el tiempo.

¿Cuál es el objetivo de hacer estas amenazas? Primero, estas amenazas se producen justo en el momento en que Corea del Sur y Estados Unidos preparan sus ejercicios militares conjuntos, y utilizan este encuentro como excusa para justificar y dar legitimidad a sus amenazas. - En Cataluña, la marcha de más de un millón de personas en la ciudad de Barcelona para pedir la independencia, además de las elecciones, da legitimidad a las demandas de los partidos políticos más cercanos al independentismo para plantear la cuestión de la independencia a un nivel político y efectivo.

Su falta de credibilidad hace necesario subir el tono del conflicto: cortando con la comunicación con Corea del Sur, haciendo movimiento tácticos del ejército y del armamento nuclear, programando ensayos nucleares, y todo ello fielmente grabado y con la seguridad de que las imágenes, así como los comunicados de prensa en inglés llegan a los medios de comunicación internacional.

Con esta estrategia política, el nuevo líder, Kim Jong-Un seguramente quiere demostrar que es capaz de dar a Corea del Norte el lugar que le corresponde, que no se deja intimidar por países como Estados Unidos y que es un líder fuerte y preparado para enfrentarse al mundo y proteger a su país, esto de cara a su población. Y de cara a la comunidad internacional? ¿Qué gana con esta puesta en escena, a parte de intentar convencernos que es un "tipo duro"?

China ha declarado que no intervendrá y que no tolerará ningún conflicto en su frontera. Corea del Sur y Estados Unidos han respondido con medidas de precaución y el parlamento Sur coreano ha aprobado la preparación de un ataque preventivo. Cualquier paso que dé Corea del Norte que suponga cumplir sus amenazas puede suponer no sólo la Guerra, pero también la destrucción de una nación ya de por sí muy pobre.

Todavía no está claro qué quiere conseguir de la comunidad internacional, ¿puede ser que más ayuda alimentaria? ¿Financiación? Tendremos que seguir observando su puesta en escena unas semanas más.

Lo que podemos concluir es que la falta de comunicación y de puentes de diálogo hacen difícil la convivencia y que los políticos tengan que recurrir a estrategias para llamar la atención a costa de subir la tensión y crear situaciones de presión para conseguir sus objetivos.

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